
Un equipo esta compuesto por atletas, dirigentes y ejecutivos. Todos desempeñan una función vital en el terreno de juego.
El receptor sugiere al lanzador qué bola es mas conveniente para tirarle al toletero que amenaza con el bate. El lanzador se combina con el receptor para salir ileso del encuentro, pero no puede lanzar sin esperar la seña del manager que está en la cueva dirigiendo a su equipo.
El dirigente, en una ocasión, le pide al lanzador que tire cuatro bolas malas sin explicarle el porqué. El pitcher pide al jefe que le aclare y el manager sale del dogout, se acerca al lanzador y le dice: “te pedí que lances cuatro malas, no te estoy preguntando si quieres o no, ya está decidido, has lo que te digo o baja del montículo”.
Al lanzador no le queda de otra que tirar cuatro malas, aunque los fanáticos, el receptor y el equipo contrario saben que el “Jefe” está equivocado con su mala decisión para administrar los bienes. No se trata de tomar la decisión correcta sino de consultar con los involucrados en la decisión.